La verdadera felicidad que descubrí a través de una crisis existencial no surgió del estudio de mi personalidad ni del intento por cambiarla o mejorarla, sino de observarla y amarla. Comprendí que yo no era todo ese ruido pensado y vi la falsedad de esa crisis que yo mismo había fabricado, con mi aprendida forma de ver el mundo.

El verdadero crecimiento nada tiene que ver con tu personalidad, sino con el descubrimiento de lo IMPERSONAL.

Te invito a ver el mundo de otra manera, a poner en duda tus pensamientos y descubrir la paz que aguarda, detrás del «es que yo soy así». Exploraremos juntos ese espacio impersonal en el que espero que encuentres tu verdadero hogar.

Cada reflexión contenida en estas páginas es una gota, pero una gota que contiene todo un océano —el mismo en cada gota—. Es una paradoja hermosa la que nos propone Rumi en una de sus citas más conocidas: “No eres una gota en el océano, eres el océano en una gota."

Lo pequeño, lo limitado, lo aparentemente insignificante, puede contener la vastedad de lo infinito. Así sucede con la vida y con las palabras. Lo que parece insignificante contiene el todo, y lo que parece fugaz puede ser eterno. Tal vez eso sea lo que nos hace humanos: la capacidad de encontrar el infinito en lo más pequeño, de reconocer que somos tanto las gotas como el océano y a la vez nada pero también todo. Este libro no pretende darte respuestas absolutas ni grandes verdades, sino abrir puertas, ofrecer pausas, y recordarte que cada momento, cada pensamiento, cada suspiro, puede ser un universo completo.

«Antes, rara vez salía de mi mente para ver que me ofrecía la vida. Ahora, rara vez salgo de la vida para ver que me ofrece mi mente»